El
alcohol, como compuesto y en grandes dosis, resulta en "veneno".
La composición química corresponde a una cadena
de carbono, hidrógeno y oxígeno: CH3-CH2-OH, lo cual da como subproducto un
C2H6O, conocido como alcohol etílico. Hasta para los que no saben de química,
el mero hecho de que los hidrógenos y los carbonos se hayan multiplicado ya
suena mal, pero lo verdaderamente grave está por venir.
Reacciones químicas al ingerir alcohol
En respuesta al exceso de este compuesto, el
organismo contraataca produciendo acetaldehído, que no es más que la oxidación
del etanol. Este será el principal culpable de la aparición de la llamada
cruda, y para llevar a cabo sus propósitos, se ayudará de sus "compañeros de
crimen": las descomposiciones.
Primero será el mismo acetaldehído el que se
descomponga para formar ácido acético; el cual, posteriormente, se descompondrá
hasta transformarse en CO2 y H2O.
Las sustancias resultantes de estos procesos son
tóxicas; obligan al metabolismo a defenderse a través de reacciones químicas
cuyo objetivo es la desintoxicación y eliminación (de duración variable) de
estos complejos. Durante este proceso bastante "estresante" para el
cuerpo humano, los síntomas aparecen y es aquí donde empieza la pesadilla.
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